Cristina Peri Rossi, una francotiradora de la palabra en el reino de Cervantes

La uruguaya ocupa un lugar privilegiado en la gran familia de la literatura en español: libre de ataduras y de peajes, ajena a modas y corrientes. El Cervantes ha vuelto a enfocar a una autora valiente, admirada por las generaciones más jóvenes



 

Para Cristina Peri Rossi (Montevideo, Uruguay, 1941), el cine no es un pasatiempo. Como tampoco lo son el arte en todas sus formas, de la pintura a la fotografía, o la música, y mucho menos la literatura. Cuando se entrega a ellas, no busca que el tiempo pase. No son un mero entretenimiento. Es la vida concentrada. Su vida, repleta de pasiones. Pero hay muchas maneras de amar. Bien lo sabe ella. Y a las artes las quiere casi desde su niñez, cuando su madre, de la que tomó prestado su apellido para honrarla, le inculcó su amor por la cultura.

 

Entonces, la joven Cristina descubrió que las palabras, bien elegidas, podían ser una forma de vida, y se decidió por ellas. Aunque nunca renunció a seguir 'Viviendo', título de la primera colección de relatos que publicó, en 1963. Los géneros literarios, tan dados a la promiscuidad, se convirtieron en sus amantes y, con el pasar de los años, ella los fue arrullando sin desatender a ninguno, si bien la poesía siempre fue su debilidad.

 

Hoy, tanto tiempo después de aquello, Peri Rossi es una virtuosa de la narración breve y una de las poetas más dotadas para cantarle al amor en la lengua española. Era algo que sabían todos sus lectores, a este y al otro lado del charco, antes de que el Cervantes reconociera la importancia de su obra, inseparable de su vida. Ella recibió la noticia del premio con febril alegría, pese a que en los últimos meses su salud ha transitado entre las sombras.

 

Los broncoespasmos que la traen a maltraer no han podido evitar que sus libros vuelvan a las librerías para renovar el aire de unos compartimentos literarios a veces demasiado estancos. Pero esta vez no han sido las grandes editoriales las que han abrumado a los lectores con potentes y millonarias tiradas de la obra de la premio Cervantes. Y eso que a lo largo de su trayectoria, que empezó a despegar cuando se estableció en España a finales de los 70, ha estado presente en los catálogos de Seix Barral, Lumen o Plaza & Janés, entre otras.

 

Una paradoja que lejos de ser bella, como la arruga, denota cierta desconexión entre el reconocimiento literario y la industria editorial. Algo que no sólo sucede en nuestro país. Basta con acordarse del reciente premio Nobel Abdulrazak Gurnah (Zanzíbar, 1948), cuyo último libro vendió en Estados Unidos unos tres mil ejemplares y que cuando fue anunciado el galardón no tenía editorial en España.

 

- Calidad y ventas.

 

El caso es que desde hace casi una década la presencia de Peri Rossi en las librerías españolas se debe al empeño y entusiasmo de una pequeña editorial de Palencia, Menoscuarto. Su director, José Ángel Zapatero, cuenta que fue el crítico Fernando Valls quien, de algún modo, les llevó hasta ella. «Él sabía que habían premiado a Cristina Peri Rossi con el Vargas Llosa NH de Relatos, y que el libro por el que lo había ganado, 'Habitaciones privadas', no estaba publicado. A mí me pareció increíble y enseguida me puse en contacto con ella para publicarlo. Lo publicamos y se generó una muy buena corriente de colaboración y de amistad. Desde entonces, hemos publicado todo lo que ha escrito. Es una relación buenísima, maravillosa».

 

El responsable de Menoscuarto cree que la premio Cervantes de 2021 «huye un poco de las grandes editoriales», y resume así la conexión que, como editor y autora, han logrado: «Ella buscaba una editorial literaria, que le gustase la literatura y cuyo objetivo fuera publicar libros de calidad. Yo como editor no busco 'best sellers' ni priorizo las ventas a la calidad. No sería capaz de publicar algo que sé que va a tener muchas ventas, pero no tiene calidad, por eso encajamos muy bien».

 

Zapatero reconoce que para ellos el Cervantes «es un estupendo espaldarazo, porque de alguna manera refrenda el catálogo y la apuesta que hacemos por la literatura y la calidad literaria». Y la visibilidad mediática del premio, los anuncios, las fajas en los libros, les permitirán llegar a más lectores, un objetivo al que no renuncian. «Todo el fondo que teníamos de ella está ahora mismo colocado en librerías. De algunos libros haremos seguramente alguna reedición. Nos faltan títulos como 'Los amores equivocados', que ya estamos trabajando en otra edición para sacarlo, y seguramente también algún título de poesía como 'Las replicantes'. El objetivo es que todo el que quiera se pueda acercar a ella».

 

Sin embargo, el editor de Menoscuarto es consciente de que, ante la falta de un contrato firmado para los próximos libros, el futuro de Peri Rossi puede estar lejos de ellos, y cerca de los grandes sellos. Otra paradoja editorial, que no literaria. «Ella siempre está escribiendo, y sé que está trabajando en un nuevo libro de cuentos. Sé que ya tiene alguna oferta de alguna gran editorial… No sé lo que ella hará. A mí me gustaría que siguiese con nosotros, pero es el sino de las editoriales pequeñas. Es lo mismo que jugar en un equipo de Tercera División y luego que te fiche el Madrid o el Barcelona; no es fácil decir que no, yo lo entiendo. Ellos –las grandes editoriales– quieren vender y si para vender hay que pagar algunos peajes, los pagan, pero han dado con una autora que no quiere pagar esos peajes, porque hace lo que quiere hacer, y por eso está un poco fuera del negocio editorial o se queda al margen».

 

- Marketing y literatura.

 

La protagonista, y principal aludida, está «delicada de salud», pero hace «un esfuerzo» por atender la llamada de 'ABC Cultural' desde su casa de Barcelona. «Las grandes editoriales ya me están tentando. En este momento, sobre todo me están proponiendo reeditar libros que no están circulando y que son muy actuales. Eso estoy negociando». Dónde reeditará esa obra y la que está por venir es algo que Peri Rossi prefiere madurar con calma. «Yo he dicho que me lo pensaré, porque el premio te sirve entre otras cosas para pagar el alquiler. Tengo 80 años, no estoy para hacer grandes promociones. Los grandes grupos te ofrecen más dinero que Menoscuarto, pero te obligan a una promoción que no estoy dispuesta a hacer, porque una cosa es el marketing y otra cosa es la literatura. No estoy en la literatura para ganar dinero, nunca he tenido ambiciones económicas. Por eso mismo he dejado de publicar con los grandes grupos. Los lectores no tienen ni idea de lo vulnerables que somos los escritores, de lo mal que somos remunerados cuando no acatamos todo».

 

Peri Rossi prefiere no dar nombres, pero asegura que ha llegado a rechazar «dos veces premios millonarios porque la condición era cambiar la novela que tenía escrita. Si no hubiera recibido el Cervantes, puede ser que me hubiera arrepentido, pero no creo… No acepto cambios, sobre todo si la razón es que vamos a vender más ejemplares; entonces, no es una empresa editorial, sino que se convierte en un comerciante de palabras».

 

Gracias a Menoscuarto, las nuevas generaciones de lectores, potenciales autores, han podido leer los últimos libros de la premio Cervantes. Lo otro, todo lo anterior, esos jóvenes se lo saben casi al dedillo, pues Peri Rossi es un referente idolatrado en las universidades de aquí y de allá, y reverenciado en las obras de aquellos que están llamados a ser sus sucesores. Ella les enseñó el camino. Se atrevió a hablar, a escribir, que era entonces todavía más osado, de libertad, de género, de identidad, de feminismo, de deseo, de erotismo, de pasión en los márgenes... Todos temas literarios, culturales, sociales, hoy tan vigentes que algunos de sus poemas parecen de ayer mismo, o de mañana.

 

- Referente.

 

«Cristina Peri Rossi es parte de una genealogía de escritoras excepcionales que escribieron el deseo después de Safo. Sabe algo que las voces masculinas que tuvieron espacio en la historia de la literatura no saben, y no duda en mostrar ese poder a través de una voz inteligente, irónica, exacta. Su poder es suave, sexy y dulce. Venerable y vulnerable. El reconocimiento público de su obra lo celebramos en la isla con festivales privados», sostiene Sara Torres (Gijón, 1991), premio Gloria Fuertes de Poesía Joven en 2014.

 

En la misma línea de admiración se muestra la escritora chilena María José Navia (Santiago de Chile, 1982), doctora en Literatura y Estudios Culturales por la Universidad de Georgetown y que hizo su tesis de licenciatura sobre Peri Rossi: «Siempre me ha parecido de las grandes cuentistas que tenemos en Latinoamérica. Es capaz de armar miniaturas perfectas y perturbadoras en las cuales los niños tienen un protagonismo fulminante y también de jugar con el absurdo en relatos como 'El museo de los esfuerzos inútiles'. Yo siempre estoy volviendo a la edición de sus 'Cuentos Reunidos' y a esa novela inquietante que es 'La nave de los locos'. Se aprende muchísimo leyéndola: de sus frases afiladas, de su exploración de la cotidianeidad y de cómo parece transformar el lenguaje en cada uno de sus poemas».

 

La propia Peri Rossi confiesa estar «encantada con la juventud», aunque ese 'idilio' no es nuevo para ella. «Cuando era joven, me leía la gente joven; cuando era madura, me leía la gente joven y ahora que soy vieja, sigo siendo referente para la gente joven. Me alegro, porque quiere decir que, más allá de los achaques y las enfermedades, sigo sintiéndome joven».

 

Según su editor en Menoscuarto, «siempre ha sido una escritora adelantada a su tiempo, siempre ha defendido las mismas cosas, somos nosotros lo que hemos llegado un poco tarde a percibir a esta autora que tenía esos temas recurrentes, esas obsesiones y esa valentía». Ella está de acuerdo, aunque con ciertos matices narrativos, ya que considera que su obra «resulta moderna porque es avanzada». De hecho, vaticinó el golpe de Estado en Uruguay, lo imaginó en un libro, 'Indicios pánicos' (1970), antes de que ocurriera. «Me pareció un aviso, había que darse cuenta de que venía el golpe. Quizás es una especie de premonición que hace a veces el arte sobre lo que se viene. Hay que saber leer la realidad, los signos. Es ser clarividente, lúcida. Lo importante siempre es crear emoción, que es lo que nos conmueve, la poesía tiene que transmitir emoción».

 

Y versos como estos, de su libro 'Lingüística general' (1979), siguen emocionando en cada nueva lectura: «Te amo como mi semejante / mi igual mi parecida / de esclava a esclava / parejas en la subversión / al orden domesticado. / Te amo esta y otras noches / con las señas de identidad / cambiadas / como alegremente cambiamos nuestra ropa / y tu vestido es el mío / y mis sandalias son las tuyas».

 

(Inés Martín Rodrigo, ABC Cultural, 26/11/21)

Cristina Peri Rossi, Premio Cervantes 2021 (Liliana Massara)

Liliana Massara es doctora en Letras. Directora del Instituto Interdisciplinario de Literaturas Argentina y Comparadas

 

La Gaceta Literaria



 

La semana pasada la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi fue galardonada con la máxima distinción de las letras españolas. "Y yo pienso que la poesía no es juntar flores con el tiempo, sino atacar el tiempo", postula

 

Escritora asida a los desbordes por su estilo y despliegue temático. Su obra reunida, Detente, instante, eres tan bello (mayo, 2021), se publica por primera vez en Argentina por Caballo Negro Editora -un presagio-. El título, provocador en el uso de su imperativo, exalta su deseo, confirma la belleza, que se impone, como lo hace en su obra, con la idea de que todo imposible puede ser derrotado. Escritora que perturba, que dice sin ambages los gritos del deseo, del amor y del cuerpo. Un perfil de mujer fortalecido; un exilio que llega en 1972 con la incursión militar en su país de origen, y como consecuencia, la prohibición de sus textos que se sumergen en el silencio hasta que su voz vuelve a escucharse hacia 1985, con el regreso de la democracia.

 

Desarrolla un peculiar tratamiento de ciertos tópicos; se atreve con temas poco tratados como el lesbianismo. Su producción se inicia con Viviendo (1963). Luego aparecerían El libro de mis primos (1969-71), El amor es una droga dura (1999), Todo lo que no te pude decir (2017); en torno a lo autobiográfico, La insumisa (2020); relatos como Por fin solos (2004) y Habitaciones privadas (2012); también ensayos: Acerca de la escritura (1991) o Cuando fumar era un placer (2003). De sus poemarios, cito a Descripción de un naufragio (1975), Babel bárbara (1992), Estrategias del deseo (2005), Playstation (2009), La noche y su artificio (2014). Entre sus obras más reconocidas por sus lectores, La nave de los locos (1984), Una pasión prohibida (1986). Producto de su partida, escribe Estado de exilio (2003), pues en España también fue perseguida por el franquismo; se fue por un tiempo a París en donde vivió con Julio Cortázar durante 1974. Al final del mismo año regresa y España le otorga la nacionalidad.

 

Desafiante exploradora de las relaciones amorosas homoeróticas, las refractó con desenfado, una voz no trémula al hablar en defensa de las minorías y se posiciona ante el feminismo "como una loba a la que han dejado sola" expresa María Teresa Andruetto en la contratapa de su obra reunida.

 

- La voz de una generación.

 

Cristina Peri Rossi construye una literatura singular, apela a la diversidad de géneros, a un trabajo literario entendido como un artefacto donde impera una labor profunda, capaz de generar sufrimiento en su entrega, acude a la experimentación que se refleja tanto en su narrativa como en su poesía. Es evidente el gusto por innovar como ocurre en La nave de los locos, texto alegórico, con espacios fragmentados donde mezcla versos con recortes de periódicos, hay diarios personales, trozos bíblicos, cruces con imágenes pictóricas. Allí habla una generación.

 

Su "yo" poético a veces se desdobla como en "Vivir para contarlo": quiero mirarme vivir / te cedo gustosamente la responsabilidad / como un escriba / ocupa mi lugar/ goza si puedes con el relevo…

 

Con el desparpajo de su potencia, despliega el sentir, cuando en "De aquí a la eternidad IV" revela: he amado hasta el éxtasis / algunos cuerpos / no necesariamente hermosos; con el arrebato de "La pasión", no sucumbe, se yergue como "los sobrevivientes de un derrumbe": de un volcán, / de las aguas arrebatadas/ Y nos despedimos con la vaga sensación/ de haber sobrevivido/ aunque no sabíamos para qué.

 

- Contradicciones, frustraciones y abismos.

 

Una obra que expone las contradicciones humanas, sus conflictos, las relaciones entre los sexos, las frustraciones de la vida y sus abismos, los derroteros del tiempo, mediante una voz aguda, grave, sutil, serena y a la vez pasional. Una poeta que ha navegado, audaz, por el océano de su escritura, impiadosa, sarcástica y real.

 

- Perfil.

 

Cristina Peri Rossi nació en 1941, en Montevideo. En 1963 publicó Viviendo, su primera novela, y tempranamente fue reconocida, por críticos de la talla de Angel Rama, como una de las mejores autoras de su generación. Publicó más de 40 libros (poesía, novela, cuento y ensayo). Se destacó también por su activismo. La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas la eligió como la escritora que más había contribuido a la lucha por la paz y la justicia en el ámbito castellano. Entre otras distinciones, ganó el Award book en poesía y relato, los premios Ciudad de Barcelona, Marcha, Miro, Alberti, Donoso y Don Quijote

 

(La Gaceta, Argentina, 21/11/21)

La ganadora del Cervantes, Cristina Peri Rossi y el ajedrez (Jesús Cabaleiro Larrán)


La reciente ganadora del Premio Cervantes 2021, la escritora hispanouruguaya, Cristina Peri Rossi, de 80 años, ha escrito sobre el ajedrez en su amplia obra literaria que abarca novela, cuento, poesía, columnas de prensa y traducciones.

 

En una entrevista en 2005 señaló que tienes intereses muy diversos por lo que puede leer durante días enteros de cosas variopintas, entre las que citaba el ajedrez. No es la primera ganadora del Cervantes en tener vinculación y aludir en su obra al noble juego, tal vez, el escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) que ganó el Cervantes en 1979, sea uno de los más destacados.

 

El cuento que lleva por título 'Partida' de Peri Rossi figura en la antología titulada 'Cuentos de ajedrez: alrededor de un tablero', editada por Páginas de Espuma en 2005 y hoy inencontrable (bueno sería una ampliación y reedición).

 

La originalidad de esta recopilación es que cada uno de los catorce cuentos se ilustra con una partida clásica relacionada con la narración (la selección y presentación de los juegos es de David Vivancos Allepuz). El cuento apareció inicialmente en su libro 'Indicios pánicos' (1970).

 

Otra referencia literaria aparece en la novela 'La última noche de Dostoveiski' (1992) dónde escribe: «A la mañana, en el pueblo, resuelvo el problema de ajedrez del periódico que compra Michelle. Caballo de reina seis-alfil de rey cuatro; resuelvo el problema de ajedrez en diez segundos, tiempo de un buen jugador, Estoy en forma».

 

En el relato de 'La tarde del dinosaurio' (2008) también hay alusiones: «volveremos a combatir frente al tablero de ajedrez» (…) «el juego que juegas conmigo cada noche, el tablero viviente…» (…) «pero Alejandra, nunca perderás la partida, porque juegas sin rey. Así, noche a noche me vences, porque sólo puedo dar caza a tus piezas menores, a tus peones torpes que no han aprendido a jugar, hasta puedo subirme a la torre, mientras tú desvalijas mis campos, tus soldados violan mis ovejas, penetran en mis casas, dan muerte a mis caballos y a mis alfiles, y mi reina desvalida, la triste viuda, huye a arrojarse al lago de ocas silenciosas. Y tú has vuelto a ganar la partida.

-Has vuelto a perder, Vitruvio, mi reina ha vencido a tu reina. Mi reina desnucó a tu rey».

 

Solo cinco escritoras habían obtenido previamente el Premio Cervantes: las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010), la cubana Dulce María Loynaz (1992), la mexicana Elena Poniatowska (2013) y la uruguaya Ida Vitale (2018).

 

- Biografía.

 

Cristina Peri Rossi (Montevideo, Uruguay, 1941) se licenció en Literatura Comparada. Siendo muy joven, en 1964, obtiene la cátedra que ejerció hasta que tuvo que abandonar el país debido a su apoyo al Frente Amplio, siendo amenazada poco antes del golpe militar y se exilió en España en 1972.

 

De hecho, en 1972, su obra y la mención de su nombre es prohibida en los medios de comunicación durante la dictadura militar que imperó en Uruguay hasta 1985.

 

Instalada en Barcelona, comienza su actividad contra la dictadura uruguaya, escribiendo en las páginas de la revista Triunfo, pero es nuevamente perseguida, esta vez por la dictadura franquista, por lo cual debió exiliarse en París en 1974, gracias a la ayuda de Julio Cortázar, con quien mantuvo una intensa relación reflejados en su obra 'Julio Cortázar y Cris' (2014).

 

Regresa definitivamente a Barcelona a finales del 1974 y obtiene la nacionalidad española un año después. Desde entonces vive en España.

 

Ha sido profesora de literatura, traductora y columnista de prensa, y es conferenciante habitual de universidades españolas y extranjeras.

 

Ha cultivado diversos géneros como la novela, con obras como 'La nave de los locos' (1984), 'El amor es una droga dura' (1999), 'Todo lo que no te pude decir' (2017) o la novela autobiográfica 'La insumisa' (2020); el cuento y relato, con libros como 'Habitaciones privadas' (2012) o 'Los amores equivocados' (2015); el ensayo con títulos como 'Acerca de la escritura' (1991) o 'Cuando fumar era un placer' (2003); así como poesía, con títulos como 'Descripción de un naufragio' (1975), 'Babel bárbara' (1992), 'Playstation' (2009) o 'Las replicantes' (2016).

 

Ha recibido importantes galardones como el Premio Ciudad de Barcelona (1990), el Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe (2008), el Premio internacional NH Mario Vargas Llosa de relatos (2010) o el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (2019).

 

(Periodistas en español, 24/11/21)

¿Por qué debe leer a Cristina Peri Rossi?

La uruguaya recibió la noticia dos días antes de su cumpleaños 80



 

Quien lee los versos de Cristina Peri Rossi –tercera uruguaya en recibir el Premio Cervantes, tras Juan Carlos Onetti (1980) e Ida Vitale (2018) – se interna en un erotismo trémulo, pagano. A diferencia del platónico y cristiano, el amor en ella es consustancial al cuerpo. Las fuerzas trascendentes se hacen latido en la carne transitoria: "Descubrir a Dios entre las sábanas/–no en el templo fariseo/ni en la altiva mezquita–/sábanas blancas" (De aquí a la eternidad). En ningún momento la autora vela la feminidad de las amadas. Tampoco enmascara el final de todos los romances: la pérdida, el adiós. Sus poemas más celebrados son aquellos que registran el ocaso de la pasión, del vínculo: "Salimos del amor/como de una catástrofe aérea. /Habíamos perdido la ropa/los papeles (...) y nos despedimos con la vaga sensación/de haber sobrevivido/aunque no sabíamos para qué" (La pasión).

 

La noticia del Cervantes la recibió Peri Rossi dos días antes de su cumpleaños ochenta. Al escogerla, el jurado –en el que tuvo voz y voto la docente Cristina Maya, designada por la Academia Colombiana de la Lengua– continúa la costumbre iniciada en 2018 de premiar poetas: Ida Vitale, Joan Margarit y Francisco Brines. Como todos los laureles, el Cervantes no ha sido inmune a la crítica y la polémica. Dos de las más recordadas fue la entrega en 1979 de la presea a Jorge Luis Borges y a Gerardo Diego al considerar que cada uno lo merecía por separado. Y la segunda fue la no entrega del mismo a Gabriel García Márquez, a pesar del rechazo del autor de Cien años de soledad a recibir cualquier premio después del Nobel de Literatura.

 

La figura intelectual de Peri Rossi representa toda una generación de exiliados del Cono sur: los proscritos por las dictaduras de los setentas. Peri Rossi salió de Montevideo a los 31 años y, desde entonces, ha vivido en Europa. Amiga de Julio Cortázar, de Eduardo Galeano y de Antonio Di Benedetto, la uruguaya ha cultivado la novela, el poema y el cuento. Entre los títulos sobresalientes de su bibliografía se destacan el poemario Playstation –merecedor del premio Loewe–, la novela El amor es una droga dura y el libro de relatos Desastres íntimos.

 

El trato de Peri Rossi con el lenguaje es tenso, problemático. "Leyendo el diccionario/ he encontrado una palabra nueva:/con gusto, con sarcasmo la pronuncio;/la palpo, la apalabro, la manto, la calco, la pulso (...)después, como a una puta,/ la echo de casa" (Palabra).

 

- Antecedentes. Una obra llena de premios.

 

El Premio Cervantes -concedido esta semana- se suma a una larga lista de preseas literarias que ha recibido la autora nacida en Uruguay y radicada hace decenios en Europa. Entre ellos se destacan el Premio Internacional de Relatos Mario Vargas Llosa, el Internacional de poesía Rafael Alberti, el Iberoamericano de Letras José Donoso, el Award Book de Poesía y la Beca Guggenheim. Es la sexta mujer en obtener el Cervantes. Las otras son Ida Vitale, Elena Poniatowska, Ana María Matute, Dulce María Loynaz y María Zambrano.

 

- Lecturas recomendadas. Obras para conocer la escritura de Peri Rossi.

 

El amor es una droga dura (1999).- Es quizá la novela más conocida de la autora uruguaya. La fugacidad del placer es su epicentro.

 

Playstation (2009).- Los poemas de este libro, de un fuerte acento autobiográfico, revelan la soledad propia de las urbes.

 

Julio cortázar y cris (2014).- El itinerario de amistad y amor entre el autor de Rayuela y la ganadora del Premio Cervantes en 2021.

 

Desastres íntimos (1997).- Libro de relatos de marcado acento femenino. Constituye una obra emblemática en la bibliografía de la uruguaya.

 

La insumisa (2020).- Esta novela autobiográfica de Peri Rossi recrea sus años de infancia y adolescencia en el Uruguay anterior a la dictadura.

 

(El Colombiano, 14/11/21)

Cristina Peri Rossi (María Pilar Martínez Barca)


Hay dos formas de leer: por placer y por dedicación profesional.

 

Reconozco que la uruguaya Peri Rossi, Premio Cervantes 2021, siempre se me hizo un poco dura, lejana a mi sensibilidad creativa. Todo está en los comienzos: "Nací en una ciudad triste / de barcos y emigrantes / una ciudad fuera del espacio / suspendida de un malentendido: / un río grande como mar / una llanura desierta como pampa" ('Montevideo').

 

Un padre prematuramente ausente, las bibliotecas, el compromiso, unas primeras clases, el exilio, el amor. "No conoce el arte de la navegación / quien no ha bogado en el vientre / de una mujer, remado en ella, / naufragado / y sobrevivido en una de sus playas" ('Bitácora'). La autora de 'Viviendo', 'Los museos abandonados', 'El libro de mis primos' o 'La nave de los locos', haz y envés del paraíso para siempre perdido, comenzó a escribir en su niñez.

 

Apasionada, íntima, rebelde, femenina, ecléctica, luchadora, defensora de lo que siempre creyó: "Descubrir a Dios entre las sábanas / –no en el templo fariseo / ni en la altiva mezquita–" ('De aquí a la eternidad'). Exiliada también del 'boom' latinoamericano del momento: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, con el que mantuvo una interesante relación epistolar-amistosa-literaria. Mujer en continua búsqueda de identidad, sexual, geográfica, humana.

 

"Tu placer es lento y duro / viene de lejos / retumba en las entrañas / como las sordas / sacudidas de un volcán" ('Erótica'). Su madre sí la comprendió. Se impuso la distancia y la memoria: "Prefiero soñar con Montevideo y vivir acá: allí murieron mi madre y mi hermana, demasiada tristeza".

 

Narrativa, poesía, ensayo, periodismo, traducción. A partir del 2000, la prolífica autora sacó los poemarios 'Estado del Exilio', 'Estrategias del deseo', 'Habitación de hotel' o 'Playstation' (Premio Loewe 2009), radiografía urbana de su propia soledad.

 

"La poesía es una percepción; la narrativa, un discurso". Leer es descubrir, descubrir es amar, conocer, apasionarse. Y encontrarse en el verbo de la otra como en el mismo espejo: «¿Cuál es mi casa? / ¿dónde vivo? / Mi casa es la escritura» ('Habitación de hotel').

 

(El Heraldo de Aragón, 21/11/21)

Cristina Peri Rossi, el amor imposible de Julio Cortázar

La flamante Premio Cervantes fue una especial amiga del escritor. Pero el romance no podía ser


(Cristina Peri Rossi Cortázar y Cris en París, 1973)

 

"Hasta que amaine". Esa fue la frase que una jovencísima Cristina Peri Rossi usó en 1972 cuando el secretario de redacción del semanario Marcha, donde trabajaba, le preguntó hasta cuándo se quedaría en Barcelona. Pero el exilio se prolongaría durante toda una vida.

 

Peri Rossi había entrado como colaboradora al semanario dos años antes, tras obtener el premio de Marcha por su novela El libro de mis primos. "Era una novela lírica y política (sigo pensando que todo es político, hasta no serlo) de mucha difusión en Uruguay, pero yo creía que nula en el extranjero: al fin y al cabo, éramos solo un pequeño país culto y civilizado, pero en el culo del mundo", escribiría mucho tiempo después.

 

Es que la novela le traería otra satisfacción aún mayor: una carta de Julio Cortázar donde se declaraba admirador de su escritura después de leer El libro de mis primos en un ejemplar llegado en barco por azar a París. Ese fue el inicio de un vínculo entrañable –hecho de un amor raro, pasional de a ratos, sublimado casi siempre– que la flamante premio Cervantes mantendría con el autor de Rayuela hasta la muerte de él, en 1984, e incluso bastante después.

 

Peri Rossi es lesbiana y una de las singularidades de su obra poética es haberle dedicado versos sensualísimos a mujeres mucho antes de que el feminismo abriera esa puerta

 

Así lo atestigua en una memoir breve y encantadora: Julio Cortázar y Cris, publicado originalmente en Montevideo por Estuario editora, en 2014. "No he vuelto a París, como tú no has podido volver a Barcelona. Pero te cuento que nuestro restaurante favorito (el Amaya) sigue en las Ramblas, la Fundación Miró continúa con su olivo central y estoy segura, completamente segura, de que te fascinarían La vie de Adèle (me dirías: '¿por qué no escribiste vos el guión?') y La venus de las pieles, de Polanski", le dice a su amigo en una carta incluida en el libro, escrita poco antes de su publicación.

 

Esa amistad estuvo hecha de cartas y complicidades. Los dos amaban la música en general y a Joan Báez en particular, los museos de arte, las ciencias ocultas (las llamaban "disciplinas oscuras"), la poesía y compartían una extraña fascinación por los dinosaurios mucho antes que Spielberg filmara Jurassic Park.

 

"Estuvieras donde estuvieras (porque viajabas muy a menudo: huías de París, a veces, a lugares remotos, no solo a Cuba o a Nicaragua), siempre encontrabas algún libro sobre dinosaurios para enviarme, o una postal del Monstruo del lago Ness, o una maqueta", escribe ella.

 

La diferencia de estatura (ella tan menuda; él un gigante de casi dos metros) y la de edad (ella en sus treinta y él casi en sus sesenta) eran parte de una liturgia íntima y profana que usaban, claro, para reírse una vez más hasta de ciertos artículos de prensa que aseguraban que ella era su novia.

 

Peri Rossi es lesbiana y una de las singularidades de su obra poética es haberle dedicado versos sensualísimos a mujeres mucho antes de que el feminismo abriera esa puerta, como lo testimonian sus poemas reunidos en Detente instante, eres tan bello, publicados este año por la editorial cordobesa Caballo negro. Sin embargo, el vínculo entre ellos tenía su cuota de complicidad romántica por fuera de toda norma.

 

- La primera carta.

 

La primera carta llegó a Marcha y de allí fue reenviada a Barcelona cuando Cristina llevaba un año viviendo ahí. Cortázar le contaba que su librero español en Francia le había reservado un ejemplar de El libro de mis primos porque sí, porque intuyó que a Julio ese texto mestizo le gustaría.

 

"El libro me buscó a mí, Cristina: fíjate vos que yo estaba escribiendo entonces una novela que se iba a llamar El libro de Manuel y voy y me topo con el tuyo, y esa noche, cuando me lo puse a leer -porque lo empecé a leer de noche, entre el humo de la pipa y un disco de Ray Charles que sonaba como los dioses- me di cuenta de que mi libro era uno de tus primos", escribió Cortázar.

 

Y agregó: "De manera que si yo quería seguir escribiendo esa novela iba a tener que reescribirla, cambiar muchas cosas, lo cual me daba un poco de rabia, todo sea dicho, pero más que rabia me parecía fascinante que vos en Montevideo y yo en París tuviéramos la misma idea, mezclar los géneros, prosa y poesía en una novela".

 

Dos meses después se encontraron en París. "Cuando llegué, lo divisé, altísimo, flaco, desgarbado, con una leve barba que le cubría las mejillas y los ojos más celestes y acuosos que había visto en mi vida", evocó Cristina.

 

Después de estar una semana en Francia, ella volvió a casa y al hacerlo, encontró una carta manuscrita donde él le decía: "Pero, además, Cristina, ayer hubo tu pequeña mano siempre un poco fría, un poco gorrión en la llovizna, que se posó en mi pelo y me acarició brevemente, deliciosamente […] algo me dice que vos y yo venimos ya de una especie de relación anterior, avatares de otra remota amistad. Déjame ser el unicornio que bebe de la mano de la doncella en los tapices medievales; a su manera él es feliz, está colmado".

 

Además de amigos, se hicieron cómplices y confidentes. Cortázar era muy reservado pero aún así ella supo de sus diferencias amorosas con la activista lituana Ugné Karvelis tras divorciarse de Aurora Bernárdez, de su renacer afectivo con Carol Dunlop, del modo en que Julio quedó destrozado tras la temprana muerte de ella a la que le seguiría la propia.

 

"No fue cáncer, fue sida", dice Peri Rossi, tajante, tras mencionar una serie de transfusiones que el escritor había recibido tras una complicación hepática. También supo de la consternación de su amigo cuando retornó a Argentina en 1983 y no fue recibido por el entonces presidente Raúl Alfonsín, como esperaba, para dialogar sobre política y buscar rumbos firmes para aquella democracia incipiente.

 

- Poemas a Cris.

 

Él le escribió varios poemas. En 1977 le envió una serie dedicada titulada Cinco poemas para Cris, Otros cinco poemas para Cris y Cinco últimos poemas para Cris. "Confieso que su lectura, en un principio, me apabulló. Yo, la poeta, me veía ahora tratada como musa, como objeto, y el cambio de papeles trastornaba un poco mi identidad. Pero la identidad no es más que el nombre que damos a nuestros hábitos y costumbres", dijo ella. Finalmente, esos textos se publicarían en Salvo el crepúsculo.

 

La respuesta de Cristina llegaría años después de la muerte de él, cuando escribió un poema que empieza diciendo "En el amor y en el boxeo /todo es cuestión de distancia".

 

"Solo entonces me di cuenta de que la distancia justa no la habías aprendido ni en Buenos Aires ni en París, sino en el ring, de los boxeadores que admirabas", afirma.

 

Ella nunca compartió la pasión de Cortázar por ese deporte. Sin embargo, su vínculo con el Gran Cronopio fue, exactamente, eso: un modo de construir distancia o cercanía preservando la intimidad, la risa, el silencio. Las mismas materias que habitan la escritura de ambos.

 

- Dos poemas de Cortázar a Peri Rossi.

 

Anoche te soñé sacerdotisa de Sekhmet, la diosa leontocéfala.

 

Ella desnuda en pórfido, tu tersa piel desnuda.

¿Qué ofrenda le tendías a la deidad salvaje que miraba a través de tu mirada un horizonte eterno e implacable?

 

La taza de tus manos contenía la libación secreta, lágrimas o tu sangre menstrual, o tu saliva.

 

En todo caso no era semen y mi sueño sabía que la ofrenda sería rechazada con un lento rugido desdeñoso tal como desde siempre lo habías esperado.

 

Después, quizá, ya no lo sé, las garras en tus senos, colmándote.

 

***

 

"Nunca sabré por qué tu lengua entró en mi boca cuando nos despedimos en tu hotel después de un amistoso recorrer la ciudad y un ajuste preciso de distancias. Creí por un momento que me dabas una cita futura, que abrías una tierra de nadie, un interregno donde alcanzar tu minucioso musgo. Circundada de amigas me besaste, yo la excepción, el monstruo, y tú la transgresora murmurante. Vaya a saber a quién besabas, de quién te despedías. Fui el vicario feliz de un solo instante, el que a veces encuentra en su saliva un breve gusto a madreselva bajo cielos australes".

 

(De Cinco últimos poemas para Cris)

 

(La Tribuna Cultural, La Tribuna, Honduras, publicado originalmente en Clarín, Argentina; 21/11/21)

Cristina Peri Rossi: "Cuando la literatura era terreno de varones no se nos tomaba muy en serio"

Entrevista

 

Ganadora del Premio Cervantes 2021

 

Feminista, amante del fútbol y escritora inagotable, la uruguaya que ha militado contra las dictaduras dice que los pueblos de América Latina se deben unir para ayudar a los desfavorecidos

 

"Decir que en México son violadas mil mujeres por año es un dato frío... pero si escribo un poema, canción o documental, logro emocionar al receptor. Creo que para ser un gran escritor hay que emocionar"

 

"Suele suceder cuando las mujeres accedemos a una profesión, que el entorno se humaniza. Y eso siempre va a pasar en todas las disciplinas en las que las mujeres empiezan a ocupar lugares importantes"

 

5.000 artículos periodísticos de diversos temas ha publicado la escritora



 

La uruguaya Cristina Peri Rossi, quien recién fue galardonada con el Premio Cervantes 2021, se considera una escritora poliédrica, interesada por casi todo lo que la rodea, aunque es consciente de las muchas fronteras que le quedan todavía por cruzar.

 

"Me siento renacentista, en el sentido de que mis intereses son múltiples y me falta tiempo para indagar todavía más", señala Peri Rossi en entrevista con EL UNIVERSAL.

 

La escritora, quien reside en la ciudad de Barcelona desde los años 70 tras exiliarse en España cuando la dictadura militar se impuso en su país, reconoce que en sus páginas ha abordado lo divino y lo humano, porque son muchos los temas que la atrapan y le gustan, incluido el fútbol, como buena uruguaya que es.

 

Defensora a ultranza del feminismo, desde los tiempos en que este movimiento no provocaba tantas adhesiones, Peri Rossi tiene claro que su condición de mujer sí supuso un obstáculo durante su trayectoria profesional: "Mientras la literatura fue un terreno exclusivo de varones, a las mujeres no se nos tomaba muy en serio".

 

A sus 80 años de edad, recluida en su casa de Barcelona y delicada de salud, a Cristina Peri Rossi le cuesta un poco hablar, todavía más con la afonía que carga en estos días.

 

Por ello, lo primero que hace la narradora es advertir amablemente al periodista que sea breve, que está desbordada, sobre todo por el aluvión mediático. Pero encarrilada la entrevista, la autora no duda en explayarse. Al otro lado del hilo telefónico su voz suena atenuada, pero también resuelta, animada por momentos, y se muestra tan enfática como siempre cuando expresa algunas de sus creencias más arraigadas.

 

"Puede que al final quede una fama póstuma o algo así. Pero cuando uno se muere, se muere, y se acabó. Si deja algo, mejor. Y, si no, no pasa nada", sentencia de manera convincente.

 

- ¿Qué impresión tiene de la lectura que el jurado del Premio Cervantes hace de su obra literaria, sobre todo cuando dice que responde a una mentalidad indagadora, renacentista, abierta a todos los temas que afligen o motivan a la humanidad?

 

- Me siento muy bien representada por ese discurso. Siempre me he sentido interesada por esas cuestiones, ya sea desde el punto de vista científico o humanístico, intentando dar una versión moderna. En última instancia, los términos de la filosofía y la literatura son prácticamente los mismos, a los que vamos dándoles distintas respuestas sociales o políticas, pero los motivos de reflexión no varían tanto.

 

- Escritora, activista política y feminista, tres facetas en las que Peri Rossi se ha empleado a fondo. ¿Pero cuál ha contribuido más a su desarrollo personal?

 

- Soy mujer, feminista, catedrática de literatura y he estado militando contra todas las dictaduras. Me gusta el cine, me gusta la música y también me gusta el fútbol. He escrito sobre casi todo lo divino y lo humano. En México hay una edición muy completa (titulada 'El pulso del mundo'), que selecciona generosamente algunos de mis artículos periodísticos, que creo que rondan los 5.000. Pienso que en esa edición se puede apreciar que, a diferencia de muchos escritores, yo me intereso por la ciencia, por la pintura, por la música, tanto popular como clásica. Me siento renacentista en el sentido de que mis intereses son múltiples y me falta tiempo para indagar todavía más. En último término y recurriendo a la máxima filosófica: sólo sé que no sé nada.

 

- ¿Considera que su condición de mujer ha opacado su difusión en alguna etapa de su vida literaria, sobre todo por su proximidad al boom latinoamericano en el que predominaban los escritores varones?

 

- Pero claro. Yo recuerdo una reunión de destacados editores en la que yo era la única mujer. Y como era la única, hacían como si no lo fuera; incluso contaban chistes verdes. Mientras la literatura fue un terreno exclusivo de varones no se nos tomaba muy en serio. Los escritores eran admirados específicamente por mujeres. He visto a mujeres de 20 ó 25 años morirse por un escritor que se reía en voz baja y pensaba: "a ésta me la llevo al catre". Eso no pasa ahora tanto, porque estamos las mujeres ahí y los congresos de literatura ya no son sólo de hombres. Es algo que suele suceder cuando las mujeres accedemos a una profesión, que el entorno se humaniza. Y eso siempre va a pasar en todas las disciplinas en las que las mujeres empiezan a ocupar lugares importantes.

 

- Ha tocado prácticamente todos los palos de la literatura: poesía, novela, relato, pero considera a la poesía el género mayor. ¿Por qué?

 

- Julio Cortázar dijo en algún momento que uno de los sueños de su vida era ser poeta. También Vargas Llosa comentó que le hubiera gustado; y García Márquez dijo lo mismo. ¿Qué pasa? Que la poesía no es solamente verso, aunque en ocasiones haya sido reducida a eso. Hay mucho verso que no tiene poesía. Para mí, mi novela 'Solitario de amor' es el mejor poema que he escrito en mi vida. No podemos ser tan serviles como para encerrar los géneros en ciertas formas. Hay prosa muy lírica, y hay poemas muy prosaicos que no merecen ser llamados como tales. La poesía es una esencia, no una forma.

 

- El conflicto entre lo que uno desea y lo que le depara la realidad sigue estando muy presente en su última obra autobiográfica, 'La insumisa'. En su caso, esta frustración parece haber funcionado como estímulo literario...

 

- Por supuesto. Al existir la muerte, la frustración tiene que aparecer muchas veces a lo largo de la vida, sobre todo cuando buscamos la radiante juventud. Pienso que la frustración tiene dos opciones. O se convierte en demencia, melancolía e inhibe al ser humano, o bien se convierte en un estímulo. Siempre doy un ejemplo. Yo tengo desgraciadamente la salud muy endeble y me dicen que es un caso muy difícil, con aire despectivo. Y yo respondo que me extraña que siendo médico no me llegue a entender porque soy un caso difícil. A mí me gusta lo difícil, porque lo fácil no tiene gracia. Sólo de lo difícil se aprende; de lo fácil uno aprende en la escuela.

 

- ¿Le ha servido de algún modo la literatua para saldar cuentas con la vida?

 

- Creo que no tengo cuentas con la vida. Voy a contar una anécdota que nunca he compartido. Cuando yo era muy chica le pregunté a mi madre, a la que aturdía a preguntas, si todos nos moríamos. Me dijo que todos. Entonces yo estaba leyendo el diario de Ana Frank y me preguntaba: ¿por qué yo no soy ella y soy Cristina Peri Rossi? ¿Qué es lo que determina tal sufrimiento en una persona? Después me tocó sufrir mucho, pero entonces yo no lo sabía. Mi madre me respondió: tú sos tú y Ana Frank es Ana Frank. Y ahí se terminó la cuestión. Pero empecé a sentir que gozaba de un privilegio, que era en esos momentos mi libertad para poder leer, salir a pasear por una ciudad, ir caminando al liceo, que era algo que no había podido hacer Ana Frank. Y de ahí que piense que cuando tenemos un privilegio tenemos que devolverlo a la realidad haciendo el bien. Se lo expliqué a una editora. Y me dijo, sorprendida, que nunca se había sentido culpable de ser quien era. Y yo le respondí: efectivamente, no culpable, pero sí responsable.

 

- Argumenta que el poema hace más soportable el dolor profundo que a veces se vive y se ha referido concretamente a las mujeres violadas en México, ¿por algo en particular?

 

- Por supuesto que tengo una especial simpatía hacia los pueblos latinoamericanos. Me siento totalmente hermanada con las mujeres del mundo que sufren el machismo en la diversidad de formas que aparece. Y creo que es mi deber, ya que gozo del privilegio de escribir bien, de hacerles un homenaje y hacerlo ver. La escritura no tiene por qué ser complaciente, aunque lo sea el uso del lenguaje. El lector se tiene que sentir emocionado. Decir que en México son violadas mil mujeres por año es un dato frío, como cualquier información; pero si escribo un poema, o hago una canción o un documental, logro emocionar al receptor. Creo que para ser un gran escritor hay que emocionar.

 

- Como exiliada usted vivió uno de los tantos apagones democráticos en América Latina... y las crisis siguen pesando en la región; parece que el continente no logra levantar cabeza...

 

- Vivo en Europa, que padeció un siglo XX terrible, con guerras civiles y mundiales. ¿Es Europa un ejemplo a seguir? Creo que lo es en una cosa, en tratar de conseguir mediante la unión que los pueblos más desfavorecidos reciban más ayuda. Ése es el modelo que tenemos que seguir en América Latina, donde hay recursos suficientes para abastecer a la población. Si el continente cumpliera el sueño de Bolívar, de Artigas y de San Martín, estaríamos mucho mejor de lo que estamos. Pero es un continente que tiene apenas 200 años. Si Europa, con toda su historia, no consiguió evitar dos guerras mundiales, no seamos tan exigentes con América Latina. Eso sí, hay que hacer una unidad, como han hecho los europeos.

 

- Su salud es delicada, pero sigue hallando tiempo para escribir. ¿Ha pensado alguna vez en su legado literario o siempre le ha podido el presente, incluso ahora?

 

- Soy muy consciente de que soy mortal y que la vida me ha enseñado que el porvenir no tiene por qué ser justo. De manera que sólo pienso en el presente y espero poder seguir escribiendo; pero no es más que un deseo, con 80 años cumplidos. Tengo tres o cuatro libros acabados hace ya tiempo, sin publicar. Queda, digamos, entonces, una fama póstuma o algo así. Pero cuando uno se muere, se muere, y se acabó. Si deja algo, mejor. Y, si no, no pasa nada.

 

(Luis Méndez, El Universal, México, 20/11/21)